Ruta en coche por los pueblos más bonitos del interior de España

Te mostramos una ruta en coche por el interior de España para descubrir algunos de sus pueblos más bonitos. ¡Te sorprenderá!

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Nadie duda de que España tiene multitud de tesoros escondidos en forma de pueblos y lugares con encanto que merecen la pena ser descubiertos. De hecho, hay un total de 122 localidades catalogadas como “Los pueblos más bonitos de España”. En este artículo te mostramos algunos de los pueblos más increíbles para ayudarte a planificar tu ruta en coche por el interior de España.


Cómo planear la ruta en coche por el interior de España


En muchas ocasiones nos centramos en escoger destinos turísticos en el extranjero, pero nos olvidamos de las maravillas que tenemos en nuestro país. Por ello, una opción cada vez más demandada es alquilar un coche y recorrer el interior de España. Además, siempre sorprende de forma positiva.


A continuación te mostramos algunos pueblos bonitos de interior que bien merecen una visita, y que pueden formar parte de tu próximo itinerario de viaje.


Mogarraz



Este pueblo salmantino es uno de los que mejor conserva su arquitectura tradicional, de carácter civil y militar. Además, está situado en el centro del Parque Natural de Las Batuecas y Sierra de Francia, lo que le dota de un paraje natural de enorme belleza alrededor. De hecho, en 1998 se declaró Conjunto Histórico Artístico.


Una de las particularidades más singulares de este pueblo es que, en muchas de sus casas, lucen retratos de personas que han vivido en el pueblo, y que hoy forman parte de la decoración de las viviendas.


Alquézar



A los pies de los Pirineos oscenses encontramos el pueblo de Alquézar, que ya al llegar ofrece una vista de auténtica postal. En lo alto destaca la imponente Colegiata de Santa María, declarada Monumento Nacional desde hace casi cien años. Después, el pueblo se conforma siguiendo la línea natural del cañón del valle del río Vero.


Además de la visita cultural, Alquézar es un destino recurrente por la variedad de actividades que ofrece en el entorno natural de esta provincia de Aragón y por sus rutas de senderismo.


Almagro



Este pueblo de Ciudad Real es conocido, sobre todo, por su corral de comedias, donde se siguen representando obras teatrales. De hecho, ha pasado a la historia como una de las ciudades cuna del teatro. Sin embargo, su origen documentado data del siglo XIII, momento en el que fue capital administrativa de la Orden Militar de Calatrava.


Más allá de la visita al corral, Almagro cuenta con otros atractivos turísticos importantes, como la plaza mayor porticada, el palacio de los Condes de Valparaíso o distintas casas solariegas.


Letur



En Albacete encontramos la villa de Letur, en pleno corazón de la Sierra del Segura. Lo más característico que tiene es la forma en que el pueblo está construido, sobre una ladera totalmente vertical en lo alto de un cerro. Asimismo, en Letur es posible ver restos de la época paleolítica, como arte rupestre y yacimientos arqueológicos de gran valor, aunque su auge llegó durante la época andalusí.


Albarracín



Teruel esconde otro de los pueblos con más encanto del interior de España, Albarracín. Situado a más de 1.100 metros de altura, su conjunto arquitectónico entero es digno de visitar. Enclaves como la catedral, la casa-museo noble o el Territorio Dinópolis, una gran exposición de fósiles, hacen de Albarracín un destino perfecto para pasar un fin de semana.


Castrillo de los Polvazares



A poco más de 5 kilómetros de Astorga, Castrillo de los Polvazares se ha consolidado como el pueblo de referencia de la cultura maragata. Sus calles empedradas, sus puertas con arcos de colores y los carros que las decoran convierten a este pequeño pueblo en uno de los más visitados de la provincia de León.


Además, es la cuna del cocido maragato, que se puede degustar en uno de los muchos restaurantes locales. De hecho, en varios de ellos, solo es posible comer este plato típico de la zona.


Briones



Este pueblo medieval, al norte de La Rioja, es muy característico por la ladera que se extiende sobre el río Ebro formando una gran pendiente, y es que está ubicada en un cerro sobre dicho río.


Y, como no puede ser de otra manera, es una tierra repleta de viñedos y guardaviñas, unas construcciones de piedra que se utilizaban antiguamente para proteger los viñedos durante la época más dura del año.


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