La conducción eficiente permite reducir, considerablemente, el consumo de combustible en un 15% de media; una cifra nada despreciable hoy en día para nuestra economía. Pero además de este, también disminuye la cantidad de emisiones tóxicas que se liberan a la atmósfera. Por cada litro de gasolina, se emiten alrededor de 2,5 kilos de CO2. Si quieres mejorar tu estilo de conducción, ¡no te pierdas estos consejos para lograrlo!
¿Cómo poner en práctica una conducción eficiente?
Las circunstancias en la carretera no siempre son las mismas. Si residimos en zonas urbanas con una alta densidad de tráfico o nos vemos inmersos en atascos para llegar al trabajo, resultará más complejo poner en práctica la conducción eficiente. No obstante, si lo haces cada vez que tengas la oportunidad, conseguirás beneficiarte de ella. ¡A continuación te dejamos las claves principales!
Arranca con el embrague
La conducción eficiente comienza incluso antes de iniciar la marcha con nuestro vehículo. A la hora de arrancar, asegúrate de que lo haces pisando el embrague; tanto si tienes una marcha puesta como si no. ¿Por qué? De no hacerlo, estaremos sometiendo al motor de arranque a un esfuerzo extra que es completamente innecesario. El pedal que no necesitas aquí es el del acelerador. Si lo pisas, estarás consumiendo combustible sin ninguna finalidad.
Inicio de la marcha
En los motores que utilizan gasolina, la marcha debe iniciarse justo después de arrancar. Pero si se trata de uno diésel, se recomienda esperar algunos segundos. Para pasar a la segunda marcha e iniciar el recorrido, lo ideal es esperar un par de segundos o haber recorrido unos cinco o seis metros, aproximadamente. El acelerador debe pisarse con suavidad, ya que el coche aún estará frío.
Cambios en las marchas
Una vez que ya nos encontramos circulando, habrá que prestar atención a las revoluciones del vehículo. Por lo general, los motores de gasolina piden el cambio de marcha entre las 1.500 y las 2.500 revoluciones; aunque hay diferencias de un modelo a otro. Lo ideal es escuchar el ruido del motor, ya que este indicará cuándo está realizando un esfuerzo extra. Si se trata de un motor diésel, el cambio de marcha se hará entre las 1.300 y las 2.000 revoluciones.
La velocidad también puede servir de referencia, pero es relativa, ya que dependerá de si se circula en llano o en pendiente. A grandes rasgos, la tercera marcha se usa a partir de los 30 km/h, la cuarta de los 40 km/h y la quinta de los 50 km/h. Para que el motor siga rodando y no pierda fuerza, acelera tras cambiar de marcha.
Circula en marchas largas
El uso de las marchas tiene una gran repercusión en la conducción eficiente. Se recomienda utilizar siempre que sea posible las largas, cuarta y quinta, y pisar más el acelerador; si ves que pierdes el control del vehículo, reduce para no poner en juego tu seguridad.
Velocidad regular
Para que una conducción eficiente, la velocidad debe mantenerse lo más constante posible. Aumentar la velocidad en un 20%, eleva el gasto en combustible en un 44%. En zonas de semáforos resulta más complejo. En estos casos se recomienda reducir para dar tiempo al semáforo a cambiar de color sin tener que detener completamente el vehículo. Las aceleraciones, los frenazos y los cambios de marcha continuos aumentan el consumo de energía.
Reducción de velocidad
Para reducir la velocidad del vehículo se debe frenar con suavidad. Si hay suficiente distancia de seguridad, también puede levantarse el pie del acelerador y dejar que se reduzca de manera natural. Así, el propio motor actúa como freno. Si fuera imprescindible reducir la marcha, hacerlo lo más tarde posible, en especial en las bajadas.
Detención del vehículo
Si dejamos que el vehículo se vaya frenando solo al levantar el pie del acelerador y dejar que la velocidad descienda por sí misma, se facilita la detención total. De este modo, al no tener que cambiar la marcha, se ahorra energía y combustible.
Apaga el motor
Si te encuentras en medio de un atasco y vas a estar parado sin mover el vehículo durante más de un minuto, es preferible apagar el motor. ¡Pero ojo! Solo si no te estás moviendo; cuando vamos avanzando pocos metros, apagar y encender continuamente supone un gasto mayor.
Anticípate a los obstáculos
Se recomienda que el campo de visión para una conducción eficiente abarque más allá del vehículo que circula inmediatamente delante. Así podremos adelantarnos a los imprevistos y tomar decisiones que reduzcan el consumo de energía y de combustible.
Otros consejos para una conducción eficiente
Además de los mencionados, evita cargar en exceso el vehículo, planifica tus rutas antes de salir, realiza con frecuencia el mantenimiento del vehículo y sube las ventanillas para reducir la resistencia, en particular cuando la velocidad es elevada.
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