Los pueblos de Burdeos son un destino clave en tu viaje a Francia, te lo contamos.
Saint-Émilion: el tesoro medieval de Francia
Este es uno de los pueblos más bonitos de toda la región, y un destino imprescindible para los amantes del vino. Fundado en el siglo VIII por el monje Émilion, este encantador pueblo es conocido por sus viñedos, su arquitectura medieval y su atmósfera tranquila.
Saint-Émilion nace en la época romana, pero fue en la Edad Media cuando alcanzó su mayor esplendor. Por ejemplo, puedes verlo en sus callejuelas empedradas y edificios históricos, como la iglesia monolítica, excavada en la roca. De hecho, todo el pueblo ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Una opción que tienes es la de ir a las visitas guiadas a las bodegas, donde aprenderás sobre la producción del famoso vino de Saint-Émilion y podrás degustar algunas de las mejores añadas. Además, un paseo por sus calles te permitirá descubrir tiendas de artesanía y productos locales. No se puede dejar de visitar la Torre del Rey, que ofrece una vista panorámica impresionante del pueblo y los viñedos circundantes.
Arcachon y la Duna de Pilat, la mezcla entre naturaleza y relax
Arcachon, situado a unos 55 kilómetros de Burdeos, es famoso por su hermosa bahía y la espectacular Duna de Pilat. Siendo esta la duna de arena más alta de Europa. Este pueblo costero es ideal para aquellos que buscan combinar naturaleza, playa y actividades al aire libre.
Arcachon empezó a desarrollarse como destino turístico en el siglo XIX, cuando las clases acomodadas de Burdeos construyeron villas y residencias de verano. Es por eso que la arquitectura de esta época, especialmente en la Ville d'Hiver, es un reflejo del lujo y la elegancia de aquellos años.
Una de esas cosas que tienes que hacer es subir la Duna de Pilat, desde donde se disfruta de una vista impresionante del océano Atlántico, el bosque de las Landas y la bahía de Arcachon. También puedes investigar el alquiler de bicicletas para explorar la región y las excursiones en barco para descubrir la Isla de los Pájaros.
Vive la emocionante historia de La Reole
La Reole es un destino cercano, cómodo para ir en coche desde Burdeos. Es conocido por su rica historia y su arquitectura bien conservada. Fundado en el siglo VIII, este pueblo ofrece una mezcla fascinante de monumentos históricos y paisajes pintorescos.
La Reole tiene una historia que se remonta a la época romana. Por ejemplo, su abadía benedictina, fundada en 977, fue un importante centro religioso y cultural. De hecho, la ciudad fue fortificada en el siglo XIII y aún conserva parte de sus murallas, así como el castillo de los duques de Epernon y la iglesia de Saint-Pierre.
Te recomendamos dar un paseo por las calles de La Reole para descubrir la arquitectura medieval y renacentista. También puedes explorar el mercado local, que ofrece productos frescos y artesanía. Así como el río Garona, que bordea el pueblo y es perfecto para paseos en bote y actividades acuáticas.
Bazas, un pueblo lleno de cultura
Bazas es otro pueblo encantador cercano a Burdeos, conocido por su impresionante catedral y su animado mercado semanal. También te resultará interesante su historia, que se remonta a la época galo-romana.
La catedral de San Juan Bautista es un magnífico ejemplo de arquitectura gótica, y el monumento más destacado del pueblo. Pero también te vas a encontrar con vestigios de sus murallas medievales y numerosos edificios históricos.
El mercado semanal, que se celebra todos los sábados, es uno de los más antiguos de la región y ofrece productos locales y artesanales que no te puedes perder. Aprovecha también para pasear por la Place de la Cathédrale y disfrutar de la gastronomía local en los restaurantes y cafés.
Pueblos de Burdeos: saborea el mejor vino
Libourne, situada en la confluencia de los ríos Dordoña e Isle, es una encantadora ciudad cerca de Burdeos que combina historia y cultura vinícola. Fundada en 1270 por Roger de Leyburn, este destino es imprescindible para los que quieran aprender y saborear el vino francés.
De hecho, su historia está profundamente ligada al comercio del vino. Su puerto fluvial fue un importante centro comercial durante la Edad Media y el Renacimiento. Por eso, la ciudad conserva numerosos edificios históricos, incluyendo la iglesia de San Juan Bautista y el mercado cubierto.
Nuestra recomendación es que vayas a explorar las bodegas y viñedos de la región, conocidos por producir algunos de los mejores vinos de Burdeos. El paseo por el casco antiguo de Libourne permite descubrir su arquitectura histórica y disfrutar de sus numerosos cafés y restaurantes.
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