Hace algunos años, se produjo el boom de los coches que utilizaban diésel en lugar de la gasolina tradicional. Se presentaban como una alternativa más ecológica y que, por tanto, tenía un impacto menor en el medioambiente. Sin embargo, con el paso de los años, ahora el posicionamiento es justo el opuesto. Pero, ¿qué hay de cierto en todas estas ideas sobre la contaminación diésel? ¡Sigue leyendo para conocer la respuesta!
Algunos datos sobre la contaminación diésel
Tanto la gasolina como el diésel son combustibles, a pesar de que tienen una composición diferente. Además, los motores en cada caso tampoco funcionan siguiendo la misma mecánica. Un dato que puede parecer irrelevante, pero que, como veremos más adelante, está relacionado con el problema actual de la contaminación por diésel.
Los motores de gasolina necesitan más carburante para funcionar que los que van con diésel, si hacemos una comparativa con la misma velocidad. Este mayor consumo hace que las emisiones de dióxido de carbono o CO2 se disparen; en concreto, la emisión es un 11% mayor.
El problema con el dióxido de carbono es que este gas es el principal responsable del efecto invernadero. Este consiste en una acumulación de gases en la atmósfera que, con el paso del tiempo, ve aumentada su temperatura, con las consecuencias que esta subida tiene en la vida en el planeta.
Si nos vamos a la contaminación diésel, en estos coches se liberan durante la combustión óxidos de nitrógeno (NOx). En concreto, la producción es cuatro veces más alta que en los de gasolina. El problema con estos gases es que cuando se respiran niveles elevados, pueden producir espasmos, quemaduras y dilatación de los tejidos que recubren las vías respiratorias superiores y la garganta. Al reducirse la oxigenación, se va acumulando líquido en los pulmones hasta el punto de producir la muerte.
Aunque los niveles que se respiran no son tan elevados como para llegar a este punto, el aumento del número de estos vehículos circulando o la constante de estos en las calles, sí puede perjudicar nuestra salud.
El pasado y el presente de los coches diésel
La fabricación de coches diésel se ha visto modificada con los años, precisamente por el conocimiento de las consecuencias de sus partículas en la salud. Los vehículos antiguos emitían niveles muy elevados de carbonilla.
Por ello, en el 2014, estos vehículos se vieron obligados a incorporar sistemas que permitieran reducir los niveles de NOx. Con este cambio, los niveles de emisiones se pusieron al mismo nivel que los que tenían los coches de gasolina. Aunque las partículas en estos últimos son más finas y, por tanto, más perjudiciales para las vías respiratorias.
¿Y esto que nos quiere decir? Pues que, en la actualidad, la contaminación entre los vehículos de gasolina y los diésel es prácticamente la misma. Por ello, las normativas europeas imponen limitaciones a ambos coches por igual. En el caso de nuestro país en concreto, las etiquetas medioambientales de la DGT para la contaminación diésel es la misma que para la gasolina. Esta es, la letra C.
El futuro de la contaminación por diésel y por gasolina
La pérdida de popularidad de los coches diésel ha sido drástica en la última década, tras conocerse el impacto real de sus emisiones. En lo que respecta al futuro de estos vehículos, su situación es también la misma que las de aquellos que usan la gasolina.
Para el 2035, Europa prohibirá los vehículos basados en la combustión, con independencia del material específico que empleen. No obstante, su circulación seguirá permitiéndose hasta el 2050, aunque para ello tendrán que seguir las normativas de la Unión Europea.
¿Y por qué se sigue permitiendo su circulación si sabemos que son tan perjudiciales? Además de que resulta imposible deshacerse de ellos y obligar a la población a cambiar de coche, la tecnología también ha contribuido a reducir las emisiones. Por ejemplo, los catalizadores, los filtros de partículas o los depósitos AdBlue han conseguido que los vehículos sean más respetuosos con el medioambiente y con nuestra salud.
Los coches diésel de última generación se han fabricado siguiendo las nuevas restricciones y, ahora, sí que puede decirse que la contaminación por diésel es ligeramente inferior a la de gasolina. Pero solo se aplica a aquellos matriculados a partir de septiembre en 2019, ya que se ajustan a la normativa Euro6d, que son los que incorporan el sistema AdBlue.
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