Calefacción al conducir: Temperatura aconsejable

La calefacción al conducir debe estar entre 19 y 22 grados. Conoce todas las recomendaciones que la DGT advierte.

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Seguramente que más de una vez has dicho “¡qué bien se está en este coche!" Cuando la temperatura en invierno es tan baja, tan pronto como subimos al coche, encendemos la calefacción al máximo para calentarnos lo más rápido posible.

Sin embargo, hay que tener mucho cuidado: ¿sabías que las altas temperaturas de la calefacción al conducir pueden suponer un riesgo?

Tanto en verano como en invierno, la climatización y la calefacción al conducir es un elemento fundamental, ya que permite regular la temperatura para que nos encontremos cómodos en el vehículo. Sin embargo, el calor y el frío son fenómenos que pueden reducir la seguridad vial y la capacidad del conductor. En concreto, las altas temperaturas pueden provocar somnolencia y malestar, y las bajas temperaturas obligan a llevar ropa gruesa, lo que limita nuestros movimientos y reacciones al volante. Para ello, la Dirección General de Tráfico (DGT) establece que la temperatura deben oscilar entre 19 y 22 grados en el interior.

Controlar la calefacción al conducir

La calefacción de un coche funciona gracias al aprovechamiento del calor generado por el propio motor del coche. En la práctica, esto significa que, a diferencia del aire acondicionado, no provoca un aumento en el consumo de combustible. Sin embargo, si no lo usamos de manera efectiva, puede afectar a otros parámetros.

Para evitar esto, podemos incorporar algunos gestos simples en nuestro trabajo diario. Además de evitar encender la calefacción al subir al coche, ya que lo único que podemos hacer es entrar el frío del exterior a la habitación, también es recomendable evitar encender el aire acondicionado. Si lo hiciéramos, notaríamos un aumento en el consumo de combustible.


Por qué controlar la calefacción al conducir, y aspectos a tener en cuenta

  • Conducir sin chaqueta. Esta prenda limita la libertad de movimiento al volante y puede comprometer la seguridad, al no ajustarse correctamente el cinturón.
  • Ciclo a la temperatura adecuada. Si ponemos la calefacción al conducir a una temperatura muy alta, el calor puede causar somnolencia. La fatiga y la irritabilidad también aumentan.
  • El aire, de debajo de los pies. Se recomienda que el aire salga siempre por abajo, ya que así se distribuirá mejor por todo el interior. Es un tema: el aire caliente pesa menos que el aire frío, por lo que tenderá a subir por el habitáculo y distribuirse mejor.
  • Esperar a poner el coche en marcha. También es importante que no pongas la calefacción antes de poner el coche en marcha, porque el aire caliente podría generar vaho en los cristales debido al contraste de la temperatura del exterior y la del interior.
  • El vapor es tu enemigo. Este punto está relacionado con el anterior. Para deshacerse del vaho rápidamente, debes configurar la temperatura lo más alta posible y dirigir el calor hacia las ventanas.
  • Asientos con calefacción. Úsalos de forma moderada: No todos los vehículos los incorporan, pero los que los tienen deben usarlos de forma correcta. Se recomienda activarlos nada más subir al coche para que el cuerpo tome la temperatura de manera uniforme y rápida. Una vez que se calienta, se recomienda apagarlo.

Otras recomendaciones para controlar la calefacción al conducir

Controlar la calefacción al conducir es fundamental por las razones anteriormente mencionadas. Pero, además, sirve para controlar el gasto en combustible y, con él, las emisiones que emite el motor del vehículo. La Dirección General de Tráfico (DGT) también recomienda revisar la batería y el sistema de encendido para evitar un mal consumo de combustible, ya que producen más contaminación; y evitar sobrecargar el vehículo: el exceso de peso aumenta el consumo total del coche.

Para evitarlo se recomiendan los siguientes puntos:

  • Si vas a parar más de un minuto, no dejes el coche en marcha ni con la calefacción encendida.
  • Verifica la batería y los sistemas de encendido para evitar quemar combustible que genera más contaminación.
  • Comprueba el escape, el convertidor catalítico y el filtro de aceite. Un motor bien lubricado emite menos humos y consume menos combustible.
  • Chequea el estado de las ruedas. La presión y el dibujo de los neumáticos afectan directamente al consumo total del vehículo.
  • No sobrecargues tu vehículo. El sobrepeso aumenta el consumo.


Para llevar a cabo todas estas previsiones, te aconsejamos que hagas una revisión antes de que llegue el invierno. Además, si estás pensando alquilar o comprar un coche, desde OK Mobility nos aseguramos de que todos los vehículos cuenten con esta comprobación periódica, para que los conductores se sientan seguros mientras conducen. ¡Echa un vistazo todo nuestro catálogo y disfruta de un vehículo seguro y confortable!

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